ANSIEDAD Y COVID 19

Esta pandemia nos ha cambiado nuestro presente y nuestro futuro. La normalidad cambió y como bien sabemos, todos los cambios generan consecuencias. Aunque nuestro organismo y nuestra mente están diseñadas para adaptarse al cambio, hay ocasiones en las que las circunstancias pueden hacer que esta tarea, que en la grana mayoría de personas se puede realizar de forma semi automática, en otras genere una dificultad mayor, sobre todo si estamos de alguna forma predispuestas para rechazar el cambio.

 Empecemos por entender que el cambio de por si no es bueno o malo, todos cambiamos a medida que pasa el tiempo. No solo renovamos constantemente nuestra células, sino que nuestro comportamiento y conocimiento también cambian todo el tiempo. Lo que sucede es que pocas veces somos conscientes de estos cambios y de la respectiva adaptación automática que vivimos.

 La ansiedad es precisamente una de las herramientas que poseemos para anticiparnos al cambio, la ansiedad es esa bandera que nos dice que hay algo en nuestro futuro para lo que parece ser que no estamos preparados y por consiguiente deberíamos empezar a actuar para ayudar en ese proceso de adaptación. Lo hacemos normalmente de forma automática porque ya en nuestro pasado hemos enfrentado situaciones parecidas que nos permiten experimentar de forma rápida posibles soluciones. Sin embargo, ninguno de nosotros nos habíamos enfrentado antes a una pandemia, ni a la voluminosa cantidad de información al respecto, la cual, en la mayoría de los casos en lugar de contribuir con nuestra necesidad de adaptación, lo que ha hecho es generar incertidumbre que ayuda inevitablemente a incrementar nuestra ansiedad.

 Seguramente podremos encontrar recomendaciones que nos ayuden a apartar del panorama la ansiedad, pero esta continuará ahí, pudiendo dejar o no secuelas para nuestro futuro. Es por esto que además de implementar herramientas que nos ayuden a sacar del panorama la ansiedad, lo recomendable es poder trabajar internamente también en fortalecer ese autoconocimiento de nuestras emociones para poder desarrollar de forma consciente una estrategia para adaptarnos al cambio y poder así salir triunfadores de este periodo de ansiedad , generando a su vez el conocimiento que nos ayude más adelante a salir de situaciones para las cuales no nos encontremos preparados.

Se ha demostrado mediante estudios científicos que el ejercicio es talvez la principal herramienta con la que contamos para fomentar nuestro bienestar, tanto físico como mental, por lo tanto la primer recomendación es crear una rutina de ejercicios que nos permita todos los días salirnos de la angustia, ansiedad y demás emociones que fácilmente podrían llegar a ocasionarnos trastornos depresivos o de otra índole que altere y hasta ponga en peligro nuestra vida. De igual forma los estudios han demostrado el gran potencial que tiene para nuestro bienestar la meditación, el mindfulness o actividades similares que busque ponernos en contacto con nosotros mismos y alcanzar estados de tranquilidad y relajación. Para estados poco usuales como el que podemos vivir a causa de la pandemia, una gran recomendación es el permanecer en un estado de alerta que nos permita identificar aquellos detonadores de estados negativos y positivos durante el día. Esto con el objetivo de buscar la forma de disminuir los efectos de aquellos negativos y precisamente poder acudir a los positivos cuando lo podamos requerir.

 Estructurar e implementar un Plan de Vida nos genera el conocimiento que requerimos para poder enfrentarnos con mejores herramientas al diario vivir, especialmente en una sociedad que está cambiando diariamente.

⬇️   Suscríbete a nuestras redes sociales y empieza a estructurar tu Plan de Vida   ⬇️